Ya estáis conmigo,
¡Oh Jesús mío!
y yo, estoy ya con Vos.
¡Que alegría siento ahora en mi alma!
Mi corazón, pequeño, cual es,
en este momento es ya habitación vuestra.
Bienvenido seáis dentro de mí.
Tres gracias os voy a pedir ahora,
que espero no me negaréis en este dia:
La primera es que hagáis santo y bueno.
Yo por mi parte, os prometo
ser más obediente, más devoto,
apartarme de todo pecado
y venir a recibiros con frecuencia.