Aquí se reza el Acto de contrición,
y se concluye con un Padre Nuestro y Ave María.
Ruega por nosotros, San Caralampio.
Para que seamos dignos de las promesas
que te hizo nuestro Señor Jesucristo.
Dios y Señor Omnipotente,
en cuyas manos están la vida y la salud
de todos los hombres.
Por los méritos de tu siervo
el Bienaventurado San Caralampio,
presbítero y mártir, a quien concediste,
en premio de su heroica fe
y constancia en defender tu Santo Nombre,
que donde estuviesen sus reliquias,
o en donde se celebrase su memoria,
no habría hambre, ni peste,
ni aire contagioso;
te suplicamos humildemente,
que venerando la memoria
de su martirio y admirables virtudes,
acá en la tierra merezcamos
vernos libres de toda infección
de alma y de cuerpo
y después de gozarte
en el cielo en su compañía;
Por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo,
Hijo tuyo, que vive y reina contigo,
juntamente con el Espíritu Santo,
Dios por todos los siglos de los siglos
Amén.
San Caralampio, presbítero y mártir.
Los progresos que su celo y predicación hacían contra el paganismo, le atrajeron el mortal odio de los gentiles, y fue preso en Magnesia en la Natolia, hoy Managuia, y cruelmente atormentado de orden de Luciano, presidente del emperador Séptimo Severo. Obró tales portentos en prueba la dignidad de Jesucristo, que convirtió a sus verdugos, luego también mártires, Porfirio, y Bapto, y el capitán Lucilo.