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martes, 24 de mayo de 2016

ORACIÓN PARA LAS EMBARAZADAS DE SAN FRANCISCO DE SALES

 
¡Oh Dios eterno, Padre de bondad infinita!
que instituiste el matrimonio
para propagar el género humano
y poblar el Cielo y destinaste principalmente,
nuestro sexo para esa tarea,
queriendo que nuestra fecundidad
fuese una de las marcas
de vuestra bendición sobre nosotros,
yo me postro suplicante,
frente a Vuestra Majestad, que yo adoro.

Yo te doy gracias por el niño que traigo,
a quien le diste el ser.
 
Señor, extiende Vuestra mano
y completa la obra que tú comenzaste,
que Vuestra Providencia traiga conmigo,
por medio de una continua asistencia,
la frágil criatura que Tu me confiaste,
hasta la hora de su llegada al mundo.
 
En este momento, Oh Dios de mi vida,
asísteme y sustenta mi debilidad
con vuestra mano poderosa.

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Recibe entonces, Tú mismo a mi hijo
y guárdalo hasta que él haya entrado por el bautizo
en el seno de la Iglesia, vuestra Esposa,
a fin de que él vos pertenezca por el doble título
de la Creación y de la Redención.

Oh Salvador de mi alma,
que durante vuestra vida mortal
tanto amaste a los niños
y tantas veces las tomaste en los brazos,
tomad también al mío,
a fin de que teniéndote a ti como Padre
y habiéndote llamado Padre,
santifique vuestro nombre
y participe de vuestro Reino.
 
Yo lo consagro con todo mi corazón,
Oh mi Salvador,
y lo entrego a vuestro amor.

Vuestra justicia sometió a Eva
y a todas las mujeres que nacen de ella
con grandes dolores,
yo acepto Señor, todos los sufrimientos
que me destinas en esta ocasión
y os suplico humildemente
por la santa y feliz concepción
de Vuestra Madre Inmaculada
que me seas benigno
en el momento de dar a luz a mi hijo,
bendiciéndome a mi y a ese niño que me darás,
así como concediéndome Vuestro amor
y una confianza entera en Vuestra Bondad.

Y vos, bienaventurada Virgen,
Santísima Madre de Nuestro Salvador,
honra y gloria de nuestro sexo,
interceded junto a Vuestro Divino Hijo
a fin de que el atienda, en su misericordia,
mi humilde oración.

Os lo pido, oh criatura más amable,
por el amor virginal que tuviste por José,
vuestro santo esposo
y por los méritos infinitos
del nacimiento de vuestro Divino Hijo.
 
Oh Santos Angeles que son encargados
de velar por mí y por mi hijo,
protegednos y conducidnos a fin
de que por vuestra asistencia
podamos un día llegar a la gloria
de la cual vosotros ya gozáis
y alabar junto con vosotros
 a nuestro Señor común,
que vive y reina
por todos los siglos de los siglos.

Amén


San Francisco de Sales
 
(Sales, Saboya, 21 de agosto de 1567 -
Lyon, 28 de diciembre de 1622)
 
 
 
 

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