San Marcos bienaventurado,
Cronista del Señor,
válganos tu protección,
Patrón nuestro y abogado.
Por haber escrito y visto
la Santa Resurrección,
sois coronado León,
evangelista de Cristo.
Por toda la Alejandría
el evangelio anunciaste
de anacoretas fundaste
religión y compañía,
donde la gloria de Señor
venerabais en compañía.
Fue vuestra preciosa muerte,
un martirio prolongado,
y cuando arrastraban vuestro cuerpo
por las calles con furor,
vuestra alma fue bendita y fuerte.
San Marcos, glorioso y justo escriba,
abogado de los pobres y causas nobles,
la ley es tu meta y tu bendición.