Dulcísima y
Bienaventurada
siempre
Virgen María de las Mercedes
Benignísima
madre de Dios.
Estrella
resplandeciente del mar,
Luna hermosa
y protectora,
escogida como
el sol,
escucha Señora
nuestros ruegos...
Tú que
benigna y clemente
siempre has
atendido desde los cielos,
a los tristes
lamentos de los pobres cautivos,
que se
arrepienten de sus culpas
y viven la
dureza de las prisiones.
Por medio de
tu religión de redentores,
por este
profundo ardor de tu caridad,
por esas
vuestras sacratísimas entrañas,
en que
encarnó el hijo de Dios
para nuestro
remedio y salvación,
os pedimos
dulcísima María,
que les deis
consuelo protección,
y roguéis a
Dios para conseguir
la remisión
de sus culpas
y una pronta
liberación,
que les
permita reinsertarse
y llevar una
vida honesta y digna
en compañía
de sus familias.
Especialmente
te pido por:
(Decir el
nombre de la persona)
Cobíjalo bajo
tu amparo.
protectora
Madre,
y no te
olvides de los que sufren
en la
tristeza y la soledad.
Amén.
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