Dios y Hombre verdadero,
como es en la tierra,
es en el cielo.
Tu que nos libraste del pecado
cometido en el paraíso por Adán
ayúdanos a ganar cada día
con nuestro trabajo el pan.
Tu que con tus discípulos
predicaste por Tierra Santa
para enseñarnos el amor a Dios
de nuestros enemigos, líbranos.
Tu que fuiste juzgado,
humillado y torturado
hasta morir en la cruz,
danos salud Señor.
más que nadie en este mundo
líbranos de las catástrofes,
de peligros y adversidades.
Tu que en el huerto de los Olivos
lloraste desconsolado
por sentirte abandonado
no nos abandones nunca,
pues contigo a nuestro lado
será más corto el camino
para encontrarte reinando
junto a Dios Padre en la gloria.
Amén
Amén
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