El Señor y San Pedro,
van caminando.
El señor le dice:
-Pedro, ¿no andas?
-Señor, no puedo;
tengo una llaga que sangra.
-¿Por qué no me lo has dicho?
-Tres horas haga.
-Yo te la curaría
con los cinco dedos de mis manos,
y por la dignidad de tu Dios
y por Dios y santa María,
esta sangre se ataje,
pues sois Pedro de nombre
tan humilde santo,
alcanza de nuestro Dios esta merced.
Rezar Padrenuestro y Ave María.
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