Jesús Nazareno, Maestro,
ante tus benditos pies me postro
para elevarte la súplica
que me aflige el corazón.
Estoy sufriente y necesitado,
de tu ayuda y tu consuelo
para sanar de mis penas
y tener una vida mejor.
No obtengo el fruto esperado de mi trabajo
y mis necesidades son grandes.
Mi familia está afligida
apenas tenemos sustento.
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Estamos necesitados Señor,
danos ayuda.
Estamos sufriendo Señor,
danos consuelo.
Por el amor infinito que demostraste a los hombres
en tu humillante y dolorosa pasión,
por toda tu sangre derramada,
por el sacrificio de tu Santa Muerte,
te lo suplico Señor,
danos ayuda y consuelo.
Amén.
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