SÉPTIMA ESTACIÓN
Jesús cae por segunda vez.
Largo es el camino y lento
y el Cirineo se rinde.
Él se ha trazado una linde
en su oscuro pensamiento.
en su oscuro pensamiento.
Mientras disputa violento,
deja que la cruz se hunda
total, maciza, profunda,
sobre aquel único hombro.
Y como un humano escombro
cae Jesús por vez segunda.
¿Otra vez, Señor, en tierra,
abrazado a tu estandarte?
abrazado a tu estandarte?
Ese insiste postrarte
¿qué oculto sentido encierra?
¿qué oculto sentido encierra?
Mas ya te entiendo.
En la guerra por ti luchando,
transido caeré en tierra y malherido,
¿y no he de alzarme ya más?
¿y no he de alzarme ya más?
Yo sé que Tú me darás
la mano si te la pido.
ORACIÓN
"Al verme se burlan de mí,
hacen visajes,
menean la cabeza.
Pero tú, Señor,
hacen visajes,
menean la cabeza.
Pero tú, Señor,
no te quedes lejos,
que el peligro está cerca
que el peligro está cerca
y nadie me socorre".
Señor Jesús,
en tu segunda caída reconocemos
tantas situaciones nuestras
que parecen no tener salida.
Entre ellas, las causadas
por los prejuicios y el odio,
que endurece nuestro corazón
y lleva a conflictos religiosos.
Ven, Espíritu Santo,
a consolar y fortalecer a los cristianos,
en particular a los de Oriente Medio,
de modo que unidos a Cristo
sean testigos de su amor universal
en una tierra lacerada
por la injusticia y los conflictos.
Amén.
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