No, no, no más pecar mi Dios
que yo me arrepiento de veras
sólo por ser quien sois vos
de la corona de tu cabeza
mis pensamientos las causas son.
Yo fui aquel que tantas veces
tu cabeza traspasé.
Esos tus ojos, son de justicia
mi vanidad los eclipsó,
y aunque ellos están abiertos
Esas tus manos ensangrentadas,
y taladradas por nuestro amor
y aunque ellas están abiertas
para abrazarme Señor.
¡Oh! dura lanza, como te atreves
a abrir el lado del Salvador
mas ¡Ay! Dios de mis amores
me hirieron el corazón.
Esos tus pies tan oprimidos
y malheridos por nuestro amor
y aunque ellos estén clavados
van buscando al pecador.
y aunque ellas están abiertas
para abrazarme Señor.
¡Oh! dura lanza, como te atreves
a abrir el lado del Salvador
mas ¡Ay! Dios de mis amores
me hirieron el corazón.
Esos tus pies tan oprimidos
y malheridos por nuestro amor
y aunque ellos estén clavados
van buscando al pecador.
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