Yo no soy el Mesías,
ni tampoco Elías,
yo no soy el profeta,
ni lo que creían.
Yo soy la voz que grita en el Desierto:
Preparad los caminos a Dios,
enderecen el camino del Señor,
porque mis manos que bautizan con agua,
ni si quieran merecen,
desatarle sus sandalias.
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A la orilla ha llegado
A la orilla ha llegado
para ser bautizado,
¿Como podría limpiar
Lo mas puro que hay?
Solo soy la voz que grita en el desierto:
Preparad los caminos a Dios,
enderecen el camino del Señor,
porque mis manos que bautizan con agua:
Ni si quieran merecen...
desatarle sus sandalias.
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