Eres Celestial Princesa, de todos escogida,
pues por Dios fuiste favorecida
para ser Madre de su Glorioso Hijo,
y con ello, de toda la Humanidad,
Madre de Dios y Señora, aparecida en el Pilar.
Nunca se vio tanta gloria,
belleza, grandeza y misericordia
como la que tu ostentas Señora,
repartiendo con benevolencia
milagros a tus devotos,
pues siempre están llenas tus manos
para el que a ti se acerca
a solicitar tus gracias, consuelo o perdón.
Madre mía del Pilar, a ti acudo compungido,
con dolor de corazón,
para solicitarte el favor
que esta plegaria, suplico:
Escúchame Santa Madre,
no me abandones ahora,
que tengo necesidades y asuntos por resolver,
y sin tu ayuda no puedo
pues pocas fuerzas me quedan
de tanto desgaste que llevo
en los intentos que hago
por remediar dificultades
que no consigo solventar.
Mírame con compasión,
pon tus ojos en mí, Señora,
y ten piedad de este alma
que a ti recurre, con humildad,
para que alivies su pena
y a ti pueda dar gracias
por tanta generosidad.
Amén
0 comments:
Publicar un comentario