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jueves, 20 de diciembre de 2018

ANTIGUAS COPLAS AL NIÑO JESÚS RECIÉN NACIDO


Alegraos gente Cristiana

que esta noche pasadera
ha nacido en carne humana
el que todo el mundo espera.
 
En un portal en Belén
que la media noche era,
resplandece nuestro bien
más que el Sol cuando saliera.
 
Una Virgen lo ha parido
quedando Virgen entera,
así lo afirma Isaías,
y Salomon lo escribiera.

Su propio nombre es Jesús
Nazareno por cimera,
por armas lleva la Cruz
esta es su real bandera.

No nació en cama de campa
sino en una pesebrera,
por pabellón telarañas,
y piedras por cabecera.
 
Por manta tiene el gran frio
con aquesta se cubriera,
por cortinas resplandor
que de él mismo procediera.

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Así está el recién nacido
entre un buey y una sumera
con su hija, esposa, y madre,
de nuestro bien tesorera.
 
Cristiano quieres el Cielo
deja el mundo, y su carrera,
toma la Cruz en el hombro
síguele de esta manera.
 
La Madre le está envolviendo
muy alegre y placentera
en pobres paños le empeña,
 que mejores no tuviera.
 
José le está cantando,
mil canciones le dijera
con gran fe le está adorando,
que de gozo no cupiera.
 
De Angeles muy cercado
todo aquello reverbera,
decían gloria al Señor,
y en tierra paz verdadera.
 
De dos en dos los Pastores
cantando a voz muy entera
dicen vos sois Rey de Reyes
hijo de Dios que se aurea.
 
 Uno le da el zamarro
a que sirva allí de estera,
y otro le da el cordero,
cada cual lo que tuviera.
 
Los Reyes vienen de Oriente
sin camino ni sendera,
adorar vienen a su Rey
que la gran fe los trajera.
 
Todos tres dejan sus bienes,
y toda su parentela,
y traenle grandes presentes
para mostrar quien él era.
 
La Estrella que los guiara
hasta Belén los trajera,
sobre el portal se paró,
de alli pasar no quisiera.
 
Los Reyes que vieron esto
turbados en gran manera,
miraron alrededor,
y vieron donde el Niño era.
 
Todos tres entraron juntos
hasta donde Jesus naciera,
cada cual allí le adora
con la mas fé que pudiera.
 
 Oro le ofreció el primero
mostrando como Rey era;
y el segundo como a Dios
 el Incienso que le diera. 

 El tercero se humilló,
y en la Mirra que ofreciera
 declaró la humanidad
que por nos morir espera.
 
Por el gozo soberano
que os alegró en tal manera
sed a todo fiel Cristiano,
ante el Hijo medianera.
 
 


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