Misericordioso Jesús, Padre mío,
siendo vos la grandeza y la inocencia misma,
os humillasteis hasta ser elevado en la cruz
y morir por vuestro amor y no satisfecho aún,
habéis levantado en Mailín
un nuevo trono de vuestras misericordias.
Oh! Bendito Señor de Mailín,
aquí me tenéis humildemente postrado
para pedir perdón por mis defectos
y agradeceros las virtudes
que en esta sencilla persona
habéis depositado con generosidad.
Creo en Vos, Jesús mío,
y te pido ayuda en esta hora de dolor,
fortaléceme para poder seguir adelante,
y concédeme la gracia
de_______
(Hacer la petición).
Yo sabré serviros dignamente y por siempre,
mis pensamientos, palabras y acciones
en todos los instantes de mi vida serán
para agradecerte eternamente,
y alabar tu misericordia y bondad.
Amén
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