volved benigna
vuestra mirada desde el Cielo,
donde reináis,
sobre este vuestro siervo.
sobre este vuestro siervo.
Él, aunque consciente de su indignidad,
en resarcimiento de las ofensa
a Vos hechas por los pecadores,
en resarcimiento de las ofensa
a Vos hechas por los pecadores,
desde lo íntimo de su corazón
os bendice y exalta como la más pura,
la más bella y la más santa
la más bella y la más santa
de todas las creaturas.
Él bendice vuestro santo nombre,
bendice vuestra sublime prerrogativa
de verdadera Madre de Dios, siempre Virgen,
concebida sin mancha de pecado,
de corredentora del género humano.
que os escogió en modo particular por Hija,
bendice al Verbo encarnado,
que vistiéndose de la humana natura
en vuestro purísimo seno os hizo su Madre.
Bendice al divino Espíritu Santo
que os quiso como su Esposa.
Bendice, exalta y agradece
a la Trinidad augusta
que os escogió y amó tanto
que os elevó sobre todas las creaturas
a la más sublime alteza.
¡Oh Virgen santa y misericordiosa!
impetrad la conversión de vuestros ofensores
y recibid este pequeño obsequio de vuestro siervo, obteniendo también para él,
de vuestro divino Hijo,
el perdón de los pecados propios.
Amén.
(100 días de Indulgencia cada vez,
aplicables para los difuntos.
Papa San Pío X, 22 de Enero de 1914).
a la Trinidad augusta
que os escogió y amó tanto
que os elevó sobre todas las creaturas
a la más sublime alteza.
¡Oh Virgen santa y misericordiosa!
impetrad la conversión de vuestros ofensores
y recibid este pequeño obsequio de vuestro siervo, obteniendo también para él,
de vuestro divino Hijo,
el perdón de los pecados propios.
Amén.
(100 días de Indulgencia cada vez,
aplicables para los difuntos.
Papa San Pío X, 22 de Enero de 1914).
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