Madre de Dios de Candelaria,
que por dar al mundo las últimas y
mayores pruebas de amor,
mayores pruebas de amor,
os aparecisteis en Tenerife reinando la gentilidad:
Yo, aunque por pecador soy
como un gentil Guanche,
imploro vuestro amparo
con la confianza de que sin merecer
el nombre de hijo,
desempeñareis vos, como siempre,
Recibid mis afectos
como admitisteis los de los Guanches,
y aceptad mis súplicas
como oísteis las de los gentiles
suspendiendo de Dios las justas iras,
hasta que reine en mi alma la Divina claridad
a influjos de vuestra radiante luz:
Concededme y alcanzadme lo que os pido
en esta plegaria,
sobrevistiendo mi desnudez,
sobrevistiendo mi desnudez,
como buena Madre,
con las odoríferas ropas de vuestras virtudes,
para que consiguiendo
de vuestro Divino hijo la bendición
que toca a los primogénitos
excluidos de tanto bien los pecadores,
os alabe perfectamente en estos días,
excluidos de tanto bien los pecadores,
os alabe perfectamente en estos días,
repitiendo con San Gabriel arcángel
muchas veces vuestra angélica salutación,
diciendo:
Dios te Salve María...
Dicha esta oración se rezan tres Ave Marías.
Dios te Salve María...
Dicha esta oración se rezan tres Ave Marías.
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