Gloriosa Santa Mónica,
madre abnegada, maravilloso ejemplo,
protectora de los niños, nuestros hijos:
En tus amorosos brazos yo deposito hoy mi hijo(a)
(mencionar aquí el nombre),
para su guarda y custodia
y para que por medio de tu poderosa intercesión
pueda alcanzar una verdadera devoción
a la Santísima Trinidad:
Dios Padre, Cristo Nuestro Señor
y al santo Espíritu,
un solo Dios verdadero que nos ha creado
y que entre nosotros habita.
A ti también apelo, madre de las madres,
para que pidas a Nuestro Señor
me conceda el mismo espíritu
de oración incesante que a ti te concedió
junto con la gracia de la abnegación,
sabiduría y discernimiento
a la hora de cuidar y educar a mi hijo.
¡Oh Santa Mónica bendita!,
que por medio de tu paciencia y plegarias
obtuviste de Dios la conversión de tu marido
y la gracia de vivir en paz con él;
te suplico, la bendición de Dios omnipotente,
para que la verdadera armonía
y la ansiada paz, reinen en mi casa.
Concede tu inestimable protección
a mi hijo, que hoy he depositado en tus brazos,
para que nunca le falte la salud,
y que nosotros, sus padres,
sepamos educarle con amor y firmeza
ante las dificultades y problemas
que acechan la vida cotidiana.
Libra a mi hijo de males compañías,
y estimula su entendimiento
para que pueda llegar a ser un hombre de bien
y que ante él se abra un brillante porvenir,
que le conceda una vida de dicha y prosperidad
peticiones que tu, madre entre las madres
no has de dejar en el olvido
y que yo, he de agradecerte día a día.
¡Oh Dios!, que observaste las devotas lágrimas
y los ruegos de tu devota Santa Mónica
y le concediste por escuchar sus rezos
la conversión de su marido
y el regreso penitente de su hijo, Agustín,
concédenos la gracia de implorarte
también con verdadero celo,
para que así podamos obtener como ella,
la salvación de nuestra alma
y la de nuestros allegados.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén
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