como un rayo de luz pura
a tu Espíritu Santo,
que purifique nuestras almas,
que renueve nuestros corazones,
que renueve nuestros corazones,
que engrandezca nuestro amor por ti.
Envíanos, Señor, junto con el Espíritu Santo,
el conocimiento, la sabiduría, la rectitud,
que Él sea quien alumbre nuestros pasos,
que nos guíe por la senda de la verdad,
quien nos muestre el camino de la virtud.
Envíanos, Señor, junto con el Espíritu Santo,
Envíanos, Señor, junto con el Espíritu Santo,
los dones que por Él nos otorgas,
para que nuestras vidas sean plenas,
para que nada nos falte,
para que podamos servirte mejor.
Envíanos, Señor, junto con el Espíritu Santo,
tu protección, tu fuerza y tu valor,
que libre nuestros miedos,
Envíanos, Señor, junto con el Espíritu Santo,
tu protección, tu fuerza y tu valor,
que libre nuestros miedos,
que alivie nuestras penas,
que nos aporte el consuelo en nuestras miserias,
que nos fortalezca en nuestras batallas,
que nos fortalezca en nuestras batallas,
que nos cure en la enfermedad,
Envíanos, Señor, junto con el Espíritu Santo,
una chispa de tu amor que nos haga grandes,
un pedazo de tu cielo que nos dé cobijo,
la luz de tu verdad, que nos ilumine,
el brillo que espanta las sombras,
el amor que traspasa fronteras,
la humildad de los hombres grandes,
la generosidad del que todo lo da,
la perseverancia del que todo lo consigue,
la paciencia del que todo lo espera,
el coraje del vencedor de mil batallas,
pero sobre todo, concédenos el don
de saber agradecerte de por vida
y aún después de la muerte,
tanto amor y tanta bondad
como depositas día a día,
en toda la Humanidad.
una chispa de tu amor que nos haga grandes,
un pedazo de tu cielo que nos dé cobijo,
la luz de tu verdad, que nos ilumine,
el brillo que espanta las sombras,
el amor que traspasa fronteras,
la humildad de los hombres grandes,
la generosidad del que todo lo da,
la perseverancia del que todo lo consigue,
la paciencia del que todo lo espera,
el coraje del vencedor de mil batallas,
pero sobre todo, concédenos el don
de saber agradecerte de por vida
y aún después de la muerte,
tanto amor y tanta bondad
como depositas día a día,
en toda la Humanidad.
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