oh Dios protector nuestro,
y pon los ojos en el rostro de tu Cristo”.
(Salmo 83, 9.)
Mi querido y dulcísimo Jesús,
Mi querido y dulcísimo Jesús,
Vos sois mi único apoyo y consuelo
os suplico tengáis piedad de mis caídas.
Yo quiero seros fiel y sumiso en todo