Santísimo Padre Celestial,
te suplico que mires la Santa Faz
de tu amado Hijo, Jesucristo.
Mira las Llagas que la han desfigurado,
las Lágrimas que brotaron de sus ojos cerrados,
el sudor que la inundó,
la Sangre que corrió a raudales
por sus mejillas profanadas y golpeadas.
Mira también la Paciencia invencible
y la Mansedumbre inalterable
de tu bendito Hijo crucificado,
Su ternura infinita y Su misericordiosa bondad
Él volvió hacia Ti, su santa su Faz adorable,
y antes de exhalar su último suspiro,
con la cabeza inclinada sobre la Cruz,
te suplicó rogó en favor de aquellos
que le maldecían y ultrajaban.
Padre, escucha este grito suplicante:
compadécete, ten piedad de mi
y perdóname todas mis faltas y errores.
Haz finalmente que, ante esta Faz Divina,
todos mis enemigos, ocultos y declarados
huyan y sean dispersados:
¡que se conviertan y vivan en tu inmenso Amor!
No permitas Padre mío,
que atenten contra mi, ni contra los míos,
contra mi salud o mi bienestar.
Dame tu eterna protección,
para que con todo mi amor y agradecimiento
pueda yo alabar esta Santa Faz, diciendo:
Que el Santo y Adorable
Nombre del Señor, y el hermoso rostro
de su Santísimo Hijo, Jesucristo,
sea glorificado y exaltado
por todos los siglos
Amén.
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