Las Oraciones Más Antiguas, Mágicas, Efectivas y Poderosas

miércoles, 21 de marzo de 2018

EL PRENDIMIENTO DEL SEÑOR, ORACIÓN


A precio vil por Judas, el Mesías,
es a los malos sin piedad vendido
y en él quiere el escriba corrompido,
sembrar una mortal acusación.
 
Mientras que urden la maligna trama
los príncipes y escribas de concierto,
en un sereno y solitario huerto
se halla Jesús en lúgubre oración.

Santiago, Juan y Pedro, le acompañan
a los que en su aflicción dice el Mesías:

mi alma sufre mortales agonías
Padre este cáliz apartad de mí
si esto es posible, pero no se haga
mi voluntad ni lo que a mí me cuadre,
sino la tuya que se cumpla Padre,
la tuya sola si conviene así.
 
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Los tres leales sin querer se duermen
sólo Jesús entre los cuatro vela,
que lo cercano del tormento hiela
su sangre pronta a derramarse ya.

Reprende a Pedro su indolente sueño
vela conmigo le repite y ora
que Pedro, Pedro, la terrible hora
en que me entreguen abordada está.

Vuélvese a orar y exclama: Padre mío.
en tanto su mirada al cielo eleva,
si ya es preciso que este cáliz beba
¡ ah! cúmplase tu voluntad Señor.

Y torna a sus apóstoles queridos,
segunda vez sorpréndeles en sueño,
vuélvese a orar y de la muerte el ceño
cercano ya contempla con horror.

De nuevo acude do los suyos duermen
y triste exclama: ya llegó la hora
que en manos de la turba pecadora
de Dios el hijo a sentenciarse va.

Vamos alzaos, el traidor se acerca,
venid a mí discípulos que llega;
el que al encono de la plebe ciega
hoy entregarme prometido ha.

Dice estas frases y en el propio instante
Judas, se acerca de un tropel seguido
del pueblo que sañudo y corrompido
sediento está de sangre del Señor.

El malvado se acerca y le saluda
y en la mejilla celestial un beso
imprime en muestra de filial amor.

¿A qué has venido aquí? dice el Maestro
al apóstol servil que así le vende
y el pueblo sobre Cristo airado tiende
su férrea mano y se apodera de El.

Mas uno de los fieles que acompañan
a Jesús, no al peligro cede y ceja,
bravo empuña la espada y una oreja
corta al inicuo de la tropa infiel.

Cristo, que sólo la piedad alberga
basta le dice al que el acero esgrime,
la espada envaina y su mirada imprime
en los verdugos que a inmolarle van.

Que aquellos que de espada se sirvieren
solo de propia autoridad guiados,
por la espada también serán tratados
y al filo de la espada morirán:

¿Piensas quizás que recurrir no puedo
a mi Padre y en estas aflicciones,
de ángeles no vendrán doce legiones
con raudo vuelo a batallar por mí?


¿Mas como de las sacras Escrituras
se cumplirá lo impreso en los anales,
acaso ignoras que según los cuales
es conveniente que suceda así?

Cual si fuera un ladrón ó un asesino,
le dice al pueblo, se me busca armado
para prenderme y viéranme sentado
entre vosotros, sin osarlo hacer.

Mas es cierto que todo ha sucedido
del dicho del profeta en cumplimiento,
diciendo así Jesús con blando acento,
sin resistencia déjase prender.

Y todos te abandonan Dios bendito,
tal es del hombre el corazón mezquino,
en la prosperidad siembra el camino
de flores al soberbio vencedor.

Lame los pies servil al opulento,
mas si se eclipsa su brillante estrella,
no halla el cuitado en su feroz querella
una mirada de piadoso amor.

Tú solo nunca al afligido dejas:
de tu piedad la mina inagotable
abre siempre su seno al miserable,
tienes consuelo para todos Tú.

El orgulloso con su ciencia vana,
la viuda y el huérfano inocente,
el preso, el calumniado, el delincuente,
todos te encuentran en la santa cruz.

ORACIÓN

Concédenos, Señor omnipotente,
que celebremos con fe sincera,
devoción y respeto
los misterios de la Pasión y muerte
del Mesías, tu único hijo
y que por El merezcamos
el perdón de nuestras culpas y pecados.
 
Amén.

Gloria al Padre Ingénito,
al Hijo Unigénito
y al Espíritu Santo, Paráclito.
 
Gloria por los siglos de los siglos.
 
Amén.



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