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miércoles, 21 de marzo de 2018

JESÚS CRUCIFICADO, REFLEXIÓN E HIMNO


Reflexión

¡Jesucristo hijo de Dios, Dios mismo igual a su Padre en eternidad, está clavado en una cruz; y el Calvario, aquella montaña de los suplicios es regada con su sangre!

¡Todo está consumado; Dios es muerto!

Estas tres palabras arrebatan violentamente la imaginación y la sumergen en un orden de ideas desconocido.

¿Pero qué debe pasar en aquel momento entre los ángeles y los hombres, en las brillantes regiones de lo alto, y en esta triste morada otorgada al hijo de Adán, para su mansión de un día?
 
 
¡Armaos de todo el poder de vuestra inteligencia, y fortificad vuestro entendimiento, para que no se turbe ante el espectáculo de la creación en el momento en que el Criador expira!
 
AL PIE DE LA CRUZ
 
HIMNO
 
Yo te bendigo
Rey de los reyes,
yo fiel te adoro
sacro Señor;
tú eres remedio
de mis dolores
de mis loores
tú eres la flor.
 
A ti consagro
mis alabanzas,
a ti el más íntimo
de mi afección;
mi tierno labio
te canta amores,
te brinda flores,
mi corazón.
 
Por ti mi pecho
palpita y sufre,
por ti piadoso,
palpitará;
mientras que viva
mientras que aliente,
de amor la fuente
tu amor será.
 
Por tu amor sufro
rudas angustias
que me devoran,
hoy sin piedad;
tú eres el faro
de mi esperanza,
la bienandanza
de mi ansiedad.
 
Pulsan mis dedos
la ebúrnea lira
sólo en tu nombre
sólo por ti;
por ti se inspira,
para ti suena,
y se enajena,
de frenesí.
 
Que donde quiera
la vista giro
para encontrarte
mi ánimo va;
de tu astro bello
la luz fulgura,
tu imagen pura,
brillando está.
 
Sólo a ti miran
mis tristes ojos
desde que vieron
la primer luz;
te hallo en el aire,
te hallo en el suelo,
te hallo en el cielo,
te hallo en la Cruz.




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