Mira a tu pueblo,
¡Oh bella Señora!,
que lleno de júbilo
hoy Te honra.
También yo alegre
corro a tus pies;
Oh Santa Virgen,
ruega por mí.
Tu piadosísimo
y dulce Corazón
es refugio
al pecador.
Tesoros y gracias
abarcan en sí,
Oh Santa Virgen,
ruega por mí.
En este mísero
Valle infeliz,
todos te invocan
Auxiliadora.
Este bello título
te conviene:
Oh Santa Virgen,
ruega por mí.
Del vasto océano
Propicia Estrella
te veo brillar
siempre más bella.
Al puerto guíame
por Tu merced:
Oh Santa Virgen,
Ruega por mí.
Piadosa muéstrate
con el alma mía,
Madre de los míseros,
Santa María.
Madre más tierna
que tú no hay:
Oh Santa Virgen,
Ruega por mí.
A mí vuélvete
con dulce mirada
Reina amable
del paraíso;
Potentísima te hizo
El Eterno:
Oh Santa Virgen,
ruega por mí.
En el más terrible
extremo de la agonía,
hazme vencer
al malvado dragón.
Vúelveme propicio
al sumo Rey:
Oh Santa Virgen,
Ruega por mí
Canto atribuido a Mons.
Guido María Conforti.
Imprimátur concedido por el Arzobispado de Milán
el 14 de Junio de 1907
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