Uno de los rituales más antiguos del amanecer del día de San Juan (24 de Junio) consiste en recoger la flor del agua, que es el rocío. Este agua se utiliza para preparar aguas, colonias, para dar friegas, para mezclar con hierbas medicinales y en fin para potenciar cualquier obra mágica que precise de agua, ya que en este día, multiplica su poder mágico. También se dice que usada como tónico facial, aumenta la belleza.
De hecho las plantas tienen más poder recogidas en este amanecer, son mucho más potentes, primero por que han recibido más cantidad de sol al ser el día con más luz del año, y también por haber recogido este mágico rocío.
El agua se puede recoger de diversas maneras, hay quién en la noche de San Juan extiende sábanas sobre el suelo, a ser posible en el césped o en el campo, para dejar que el rocío las humedezca y luego las escurre para extraerlo. También se pueden poner cubos o recipientes con agua, de los que luego se recoge la primera capa, que es la correspondiente al rocío. Esta misma capa superficial se puede recoger de ríos, fuentes o manantiales, y esta es la llamada flor del agua.